Blog

ReviewsLos Gangsters en el cine Colombiano (Octubre 2010)

Los Gangsters en el cine Colombiano (Octubre 2010)


El género “Gangster”, las historias sobre los criminales violentos que viven en cualquier sociedad, ha sido una constante en el cine desde los comienzos mismos del arte de las imágenes en movimiento. Durante los años treinta del siglo veinte la industria cinematográfica de Estados Unidos desarrolló este género en toda su magnitud, gracias a la tragedia social causada por la prohibición del alcohol, que permitió que criminales como Al Capone, y estrellas de cine como James Cagney, ocuparan el imaginario colectivo no sólo en su propio país sino en el mundo. En todos los países que cuentan con una mínima sofisticación audiovisual se ha utilizado el cine para analizar y contar las historias de sus criminales.

Colombia, durante su historia más reciente, ha visto ascender y colapsar a varias generaciones de criminales “urbanos” – para no hablar de los criminales políticos, más duros de roer – que, como Al Capone, y por más o menos las mismas razones (la guerra contra las drogas), han alcanzado fama mundial. Esta gran cantidad de vidas trágicas hace de Colombia un espacio rico en historias del género “Gangster”, y el cine y la televisión, años después de la muerte de Pablo Escobar, han comenzado a indagar las tragedias y a contar las historias, con mayor o menor complejidad, de manera más profunda o más superficial, dependiendo del medio en que sean re-presentadas.

Tan solo en los últimos cinco años se han estrenado en salas de cine varias películas nacionales que exploran tanto el género Gangster como la realidad de Colombia, y en la televisión se han presentado series y telenovelas en tono “light” que cuentan, entre otras cosas, los amores y los desamores de los capos colombianos. A las audiencias les gusta saber cómo son las vidas de sus criminales, y eso lo demuestran los ratings de la televisión y las taquillas de los teatros.

En cine se han presentado las películas “Rosario Tijeras” (2005), “Sumas y restas” (2004), “Apocalipsur” (2007), “La Sangre y la lluvia” (2009), y “Sin tetas no hay paraíso” (2010). En 2010 se prepara el estreno de “En coma” y se encuentra en rodaje la versión cinematográfica de “El Cartel”. Claramente el espacio y los personajes del narcotráfico son interesantes tanto para los productores de cine como para las audiencias. En algunas ocasiones es una pasión legítima por entender y contar la tragedia social del país la que origina el proyecto cinematográfico (como en el caso de “Sumas y Restas”, la obra maestra del cine nacional de los últimos quince años); en otras lo que guía el proyecto es la oportunidad comercial de explotar un producto audiovisual ya exitoso (es el caso de “Sin tetas no hay paraíso” o de “El Cartel” que copian el modelo hollywoodense de llevar a la pantalla grande una versión “comprimida” de la pantalla chica).

El público se queja permanentemente sobre los temas en los que se enmarcan las películas colombianas. A las audiencias les parece repetitivo y anti-nacional que permanentemente lleguen a la gran pantalla historias sobre pobreza, para-guerrilla, y narcotráfico, pero millones de personas se sientan noche a noche frente al televisor a entretenerse con las aventuras de capos y gangsters interpretados por actores populares como Manolo Cardona o Marlon Moreno. La contradicción es patente, y la paradoja indescifrable. Pero el interés de los cineastas por estas historias nunca se detendrá… porque son tragedias demasiado “buenas” como para no contarlas.

El Criminal es un personaje siempre presente, en todas las sociedades, y en todos los tiempos. El arte, y el cine, utilizan ese material del mundo real para crear sus obras, contar sus historias, y de paso darle al “Criminal” un pedestal en el tiempo, así como también le da el arte un pedestal en el tiempo al “Héroe”. La humanidad ha atravesado las extensiones del tiempo y de la historia a pesar de, o quizás gracias a, la permanente lucha entre héroes y criminales, entre buenos y malos, entre el Bien y el Mal… los dos bandos que han controlado siempre el alma de los hombres… los dos poderes ante los cuales las audiencias audiovisuales del presente se rinden sin pudor.

Back To Top

[El “Punto de Ataque” es un concepto originado en la teoría dramática y se usa para definir el primer momento de desequilibrio en el arco narrativo del personaje principal de una historia].

Contact us: [email protected]

+57 322 454 4249